Debo Hacerlo

 - Fue un error grave. Se suponía que cogeríamos a Harry después de que salvara a Dudley, no antes. - Una de las personas encapuchadas, con voz de mujer distorsionada, se paseaba por una habitación de hotel, no muy lejos de Grimmauld Place. Parecía extremadamente preocupada e inquieta, moviendo las pestañas rápidamente mientras que su cabello, muy esponjoso, voleaba detrás de ella, intentado seguirle el ritmo. Un muchacho sentado en la cama intercedió antes de que ella continuara el discurso. 

-Vamos, tranquila. Al final, solo han estado unos pocos minutos de diferencia. Piensa en positivo, no tendremos que arreglar el asunto con el Ministerio de Magia por la magia ilegal de Harry, nos hemos ahorrado un problema. Realmente no será tan grave, ¿no?

-Claro que sí. Lo decidimos así porque es un punto claro en la historia. - Respondió, hastiada. - Si Harry no salva a Dudley puede que este nunca confíe en él ni cambie su forma de ser. Si eso ocurre, Dudley no convencerá a sus padres para huir de Privet Drive cuando la protección hacía la casa por parte de Harry se rompa, dejándolos a disposición de Voldemort. Él podría secuestrarlos. ¿No entendéis lo grave que puede ser esto?- La muchacha giró la cabeza hacía sus acompañantes. Intentando tranquilizarse un poco y viendo la mirada confusa de los demás, se sentó e intentó volver a explicarse. - No sabemos las consecuencias que pueden tener nuestras acciones, porque la alteración del tiempo es una magia muy compleja y muy poco explorada. Si deciden no leer los libros y no cambiar nada, la alteración que hemos hecho podría hacer que perdiéramos la guerra si Harry se entregase para salvar a sus tíos. No podemos prever todo lo que va a suceder de aquí en adelante, por eso enfatice en la importancia de hacer todo a su debido tiempo.   

-Bueno, por eso es tan importante convencerlos para que los lean. Dumbledore ya nos ha confirmado que vendrá a buscarlos dentro de nada, eso quiere decir que los leerán, ¿no?.- El muchacho que hablaba, el mismo que había intentado tranquilizar a la chica antes, se giró hacía otro de los encapuchados, que parecía muy pensativo. 

Al darse cuenta todos de que no iba a responder, la chica volvió a hablar:

- Creo que sí, pero por ahora no podemos saber nada. Creo que aunque el Harry de 15 años dijera que no, Dumbledore lo leería él solo, sin que nadie lo supiera. Hemos tenido que darle todo tipo de pruebas para que nos creyera y ahora que lo hace va a llegar hasta el final de todo esto. Esa es mi principal esperanza, que aunque todo se tuerza Dumbledore irá hacía delante. El problema es que él solo no podrá, ya sabemos que no pudo la primera vez por su tentación al anillo.

- Pero leerá eso. Seguro que esta vez no comete esa imprudencia si ya lo sabe, ¿no?-

El muchacho pensativo, sentado cerca del otro muchacho, se levantó acallando la pequeña discusión anterior. Él entendía su preocupación. Esta misión había llevado meses de investigación, sobre todo por parte de ella.  Él se había negado a hacerlo en un principio justo por miedo de que todo esto pudiese llegar a pasar, que un descuido provocase un cúmulo de desastres temporales. Era todo muy impredecible pero confiaron en no cometer errores. Al final, se habían confiado demasiado, pero no podía culparlos si era él el que debería haber recordado que se había escondido allí esa noche. Se acercó a otra figura sentada en la cama que no había pronunciado palabra, se sentó a su lado y apoyó la cabeza en su hombro mientras preguntaba:

-Hermione, el encantamiento protector de mi madre se mantuvo vivo dentro de Voldemort, es decir que no murió cuando yo cumplí los dieciocho ni cuando deje de llamar "hogar" a Privet Drive, ¿no debería seguir protegiéndolos a ellos?. Por mucho que Dudley no les convenza para irse, ¿no estarían a salvo?- El muchacho, de ojos verdes, giró la cabeza hacía la primera muchacha. 

- Tal y  como tú planteas sí, pero la información que tienes sobre el hechizo no es exacta Harry. La protección era respaldada cuando estabas en Privet Drive por la sangre de tu madre presente en parte en la sangre de tu tía, pero este nunca los protegió a ellos o a la casa directamente sino que te protegía a ti y a los de tu alrededor.- El muchacho, al que habían llamado Harry, asintió lentamente. La muchacha, a la que habían llamado Hermione, se levantó y se acercó a él, antes de continuar.- Ellos no tienen una protección propia, por lo que si no huyen tendrían un grave problema y nosotros también. 

Una de las figuras que estaban de pie dio un paso hacía delante antes de hablar. Vació un poco, incómodo e inseguro de exponer su argumento, pero se armó de valor y continuó.

-Pero ahora no podemos cambiarlo, ¿no?. Hemos de asegurarnos que lean todo. Convencer a Dumbledore ha sido un gran paso porque estoy seguro que convencerá al resto, es en quien más confían. Puede que el Harry de esta época se resista un poco, pero aceptará. Debemos esperar al final para ver qué elementos cambian, cuáles afectarán negativamente al futuro y cuáles no. Lo mejor es esperar.

- Tienes toda la razón. Por ahora, no podemos hacer nada más, solo asegurarnos de no cometer otro error. No podemos permitirnos que nada más se nos salga de control o esto acabará realmente mal.

 No podemos permitirnos que nada más se nos salga de control o esto acabará realmente mal

El resto del almuerzo fue un poco tenso. Casi nadie hablaba. Aunque los gemelos intentaron animar el ambiente con algunas bromas, estas no  tuvieron demasiado efecto y la tensión siguió augmentando. Harry, al igual que parecía pasarle a Sirius, no podía apartar la mirada del trío de serpientes presentes. Malfoy se dedicó simplemente a mirar la habitación, detallando los acabados en plata maciza, tan parecidos a los de su casa. Su madre susurraba cosas a Snape tapando sus labios con su mano para que ninguno pudiera espiar su conversación, por mucho que Harry lo intentara. Harry se había marcado como propósito conocer aquello que la señora Malfoy le estaba contando al hombre de nariz ganchuda intentando así dirigir sus pensamientos hacía ellos, pero no podía. No era porque su presencia allí, siendo de Slytherin y estando allí los miembros de la Orden, no le pareciera extraña, porque se lo parecía, sino porque su mente se había quedado encallada en las palabras de Dumbledore.

Desvió la mirada de los Malfoy y la dirigió a su plato. Le quedaba todavía un huevo entero, pero había perdido el apetito. Alomejor la dieta de Dudley realmente funcionaba y después dejas de querer comer, pero Harry creía que era más por la decisión que se le estaba obligando a tomar. Bueno, eso era un tecnicismo, él no la iba a tomar sino Dumbledore. "Espero que entiendas la importancia de esto" había dicho. Ni siquiera le dejaba plantearse que debía hacer, que era mejor para él; solo se lo exigía y él debía actuar en consecuencia, como siempre. Y además, ni siquiera se atrevía a mirarle a los ojos cuando le exigía que dejara toda su privacidad a un lado, por lo que parecía ser el bien mayor. Un nuevo arrebato de rabia, siempre alimentado por la impotencia, volvió a hacer mella en Harry.

- Se lo que estás pensando Harry. - La mano de su padrino se apoyó en la espalda de su silla mientras se sentaba de nuevo a su lado. - A mí tampoco me parece justo para ti pero si decides que no deseas leer, te apoyaré. Y estoy seguro que Remus, Hermione y Ron y todos los demás también lo harán. Llevamos días comentando todo esto, desde que aparecieron por primera vez los encapuchados.

- Se que el alegato de Dumbledore parecía definitivo, pero todos estamos de acuerdo en que la decisión final debe ser tuya. - La voz de Lupin, que se había sentado en la silla de enfrente, sobresaltó a Harry, en cuyo cerebro aparecían nuevas dudas. Se había sentido impotente al saber que no tenía opción de negarse pero al saber ahora que sí tenía esa opción, le avasallaba un gran temor.

Según Dumbledore los libros explicaban cómo vencer a Voldemort pero, al mismo tiempo, también hablaban de su vida. ¿Eso significaba que él, en algún momento por algún mágico accidente, conseguiría ganar a Voldemort? ¿Vencerle para siempre? Y si eso era así, ¿por qué echarlo todo a perder para llevar esos libros a este momento, a este pasado? Si era tan importante que ellos leyeran los libros como para arriesgarse a perder ese futuro sin Voldemort, ¿que debía haber pasado que se debía remediar? ¿Y qué ocurriría si él, finalmente, decidiese no permitir su lectura?

-Alomejor no ganaste. - comentó una voz cruel y aguda en su cabeza, parecida a la que oía en sueños - Alomejor supiste como vencer, pero moriste y los cobardes de tus amigos no se atrevieron a acabar el trabajo. Seguro que los dejaste solos, desprovistos. Seguro que yo ...-

-¿Harry?¿Estás bien? - la voz de Lupin lo devolvió a la realidad. Todos parecían estar mirándolo como si se hubiera puesto a gritar y bailar encima de la mesa como un bufón medieval. - ¿Harry? Estás tremendamente pálido.

- Sí, sí profesor Lupin, estoy bien.- No era cierto, pero no quería que nadie supiera lo apabullado que se sentía por la situación. No quería que pensaran que era débil.  

- No hace falta que me llames así, Harry. Ya no soy tu profesor, por lo que puedes llamarme Remus. Como te decía, se que es una situación difícil por lo que puedes tomar la decisión con calma. Pese a lo que ha dicho Dumbledore, nadie realmente espera que decidas nada hoy. Es un gran sacrificio y puedes tomarte hasta mañana para...-

- No hace falta prof. Remus. He tomado una decisión. - La voz de Harry se mantuvo firme. Le hubiera gustado comentar toda esta situación con Ron y Hermione, saber que pensaban y si entendían su razonamiento. Al final, ellos también se verían salpicados por todo lo que contaran los libros, pero su instinto le decía que no los dejarían a solas para debatir algo como esto. Esperaba que lo apoyaran. -  Pese a mi reticencia a que leáis mis pensamientos, creo que esto es muy importante así que me parece bien leer.

- Pero Harry. No queremos que te sientas importunado por nosotros. - comentó la Señora Weasley-  Eres un niño y la responsabilidad de escoger algo tan importante como esto no debe recaer en tus hombros, cielo.  Los adultos deberíamos hacer esto nosotros solos, sin ellos.

- Muy a mi pesar, estoy de acuerdo con ... ¿Perdona como te llamas?- La voz fría de la señora Malfoy sorprendió a los presentes. 

-Molly- respondió esta con la cara sonrojada. La señora Malfoy asintió, pero antes de que volviera a hablar Moody se adelantó:

- Ya hemos comentado esto muchas veces. Debemos leerlo todos juntos, incluidos los niños. No me hace gracia confiar en todas estas personas, sobre todo ese minirubio tan igual a su padre, o en los propios encapuchados, pero es lo que debemos hacer. - Se detuvo en el momento en que Dumbledore entraba por la puerta, como si hubiera estado planificado. 

- Exacto Alastor. Bien, por lo que veo habéis acabado todos de comer, ¿no?  Hoy es sábado, por lo que podremos leer durante todo el día, al igual que mañana. Si estas de acuerdo Harry, empezaré a leer el primer libro.- Sabiendo que el profesor no le estaría viendo, Harry asintió con la cabeza. Esperaba que, al no recibir una respuesta visible, este le miraría, pero no fue así; Dumbledore simplemente asintió de vuelta y abrió un libro. Pasó las primeras páginas y empezó a leer:

Harry Potter y la Piedra Filosofal. 

Capítulo 1: El niño que vivió

-Espere profesor. Antes de todo, quiero que prometan, tanto usted como Snape y la Señora Weasley, que no vamos a ser castigados por nada que sea comentado en estos libros, tanto del futuro como del pasado. 

- Está bien.

-Pero profesor Dumbledore, si han hecho fechorías deberían- El alegato de Snape se vió interrumpido.

-Has escuchado a Dumbledore, Quejicus. No castigarás a Harry. - El tono de mofa de Sirius fue extremadamente claro, que hizo que tanto Snape como los dos Malfoy le miraran mal. Snape parecía a punto de levantarse para enfrentar a Sirius, pero Dumbledore actuó:

-Basta Sirius. Acepto tu petición y nadie te castigará; pero, por otro lado, te pido Sirius que trates a Severus con un poco más de respeto. Lo mismo va para ti, Severus. No quiero que seáis amigos, pero aprended a aguantaros. 

- Está bien. - comentaron los dos a la vez antes de proceder a mirarse mal. 

- Entonces, ¿todo bien Harry? ¿Puedo proseguir?- inquirió Dumbledore.

-Claro.

-Harry Potter y la Piedra Filosofal.

Capítulo 1: El niño que vivió


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